Madrid juega una mala pasada a Netflix: el gazapo en la serie de moda del que todo el mundo habla
Netflix mantiene una gran apuesta por las series españolas y algunas de sus producciones más vistas están rodadas en nuestro país. La plataforma de streaming siempre logra destacar por la ambientación y ha rodado películas enteras en alguna ciudad española. Sin embargo, en una de sus ficciones se le escapó un curioso gazapo.
Sagrada familia fue uno de los grandes éxitos de Netflix y ha conseguido recrear a la perfección el Madrid de inicios de siglo pero en la segunda temporada se les escapó un pequeño detalle que no ha pasado desapercibido.
El singular gazapo en la serie de Netflix
La serie de Manolo Caro está ambientada en el Madrid de inicios de siglo y ha sido muy aclamada por la crítica por su fenomenal ambientación y por mostrar la realidad de muchos barrios de la época.
Gran parte de la serie está situada en el barrio de Fuente del Berro, muy cerca de Torrespaña. Durante sus dos temporadas, Sagrada familia busca una estética brutalista y por ello también utiliza otros edificios como Torres Blancas.
La serie ha cuidado con mimo todos los detalles para que el espectador se transporte al año 2000: ropa, edificios, lenguaje, etc., pero un detalle se les pasó por alto. En esta ocasión la arquitectura es lo que les ha jugado una mala pasada y ha provocado un error en la ambientación.
En el tercer episodio de la última temporada los personajes de Manuel (Daniel Grao) y Abel Martínez (Iván Pellicer) charlan en un parque. Sin embargo, la alta definición jugó una mala pasada a los productores. En el fondo de la imagen y justo detrás de Torrespaña se pueden ver las Cuatro Torres de Madrid, que se empezaron a construir en 2004 y que no deberían aparecer.
‘Sagrada familia’ y el éxito en Netflix
La ficción de Manolo Caro ha recibido críticas positivas en sus dos temporadas. Narra la historia de una familia que se muda a Madrid ocultando su identidad. Las relaciones que crean en su nuevo barrio ponen en peligro su pasado y el pasado empieza a alcanzarlos.
Sagrada familia cuenta con 16 episodios de 35 minutos y recibió críticas internacionales como la de Jonathon Wilson en Ready Steady Cut: «Muy disfrutable y orgullosamente inescrutable, es un entretenido retrato de la maternidad en todas sus formas, incluso las más extremas».
Otros expertos como Johnny Loftus en Decider también la destacaron como una de las mejores ficciones de suspense: Un thriller lleno de aprensión, lealtades cambiantes y temas más grandes como la maternidad en todas sus manifestaciones amorosas y, a veces, criminales».